Segunda Muestra 2015 y Apertura del Ciclo de performance - Ensayo Alcalino. Clara Tapia - Cristian Carracedo - Daniela Camezzana.

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Lejos de los abundantes ensayos sobre mujeres, este es un ensayo de mujeres que tratan de recuperar el cuerpo vestido. ENSAYO ALCALINO es una acción premeditada que se desarrolla frente a un público sediento de espectáculo que posiblemente se vaya con las manos vacías. En esta vidriera no hay show que valga, lo único que está a la venta es una prenda resultante de 20 min de acción.

Basado en la serie de actos desarrollados durante el 2012, ENSAYO ALCALINO se nutre del análisis de los puntos fuertes de dichas experiencias como de una investigación dura y pura del material a abordar, desde su complejidad histórica, política y afectiva. El Jean entonces es más que un pedazo de tela y se presenta como una trama que nos envuelve en varios aspectos. Más allá de los mitos sobre sus orígenes, sabemos que el denim es una tela tejida en lanzaderas con urdimbre teñida de índigo, una sustancia natural a la que le debe ese color irreproducible por otros medios. Pero fundamentalmente es su “mala solidez” al lavado y el frote seco lo que nos atrae y nos vuelve locas. El “vaquero” confeccionado con la tela denim puede venderse como un producto acabado, pero lo cierto es que se termina cuando sale a la calle durante su uso, debido a la variación que produce la mala solidez. Si alguien oyó una definición más parecida a la del arte contemporáneo, que chifle durante la función.

Mucho se ha escrito sobre el jean por ese afán moderno de actualización constante y fue ropa de instrucción militar, de trabajo, underwear, casual, de noche: un pret a porter continuo. Es como la obra que lo piensa un objeto siempre inconcluso. Una versión diacrónica de la modernidad que se nos ha pegado al cuerpo.
Para ENSAYO ALCALINO partimos de dos piezas de denim Alpargatas de 6mts que se comercializan bajo ese formato en Once para abaratar su costo. “Si querés de más extensión estamos hablando de otro precio” dice el señor que nos atiende ante nuestro insistente reclamo. Durante la acción usamos lo que se llaman vulgarmente y técnicamente, vaya coincidencia, retazos para armar un vestido. Somos aquel discurso que se construye a partir de la materia significante de otro discurso que se nos escapa de las manos y llegará bajo alguna marca careta a las tiendas.

Y como “diseñar un vestido es diseñar un cuerpo, vestido” de fondo nos metemos con el cuerpo escénico del artista pero también y por qué no del otro, el desfilado.

                                                                                                                    

          Daniela Camezzana


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